Inspección de la instalación de gas:
Es obligatoria cada 5 años y el titular de la instalación debe asegurarse de que se realice dentro del plazo correspondiente.
Se encarga de verificar la seguridad de toda la instalación de gas (tuberías, contador, ventilación y combustión de los aparatos), tanto de la vivienda como de las zonas comunes del edificio.
Debe realizarla un técnico autorizado, ya sea de la distribuidora de gas o de una empresa instaladora habilitada.
Su coste se carga en la factura del gas.
Revisión de la caldera:
Es un mantenimiento preventivo que garantiza el buen funcionamiento y eficiencia de la caldera.
Debe realizarla un servicio técnico oficial o una empresa instaladora habilitada.
No sustituye la inspección de la instalación de gas, pero la complementa.