La ducha es un acto cotidiano y debido a la subida continua del precio de algunas energías, hace que, cada vez más, nos preguntemos cuánto nos cuesta darnos una ducha con las diferentes energías que están a nuestra disposición en el mercado.
¿Cuántos litros de agua se gastan en una ducha?
Una ducha habitual, la que solemos practicar diariamente, sin tener en cuenta otros factores viene a suponer unos 8 minutos de tiempo. A partir de ese tiempo y, sin tener en cuenta la temperatura, una ducha supone unos 80 litros, si tenemos en cuenta que la ducha común arroja sobre nosotros unos 10 litros al minuto. Como en todo, depende mucho del tipo de ducha que tengamos, de si usamos un rociador o la clásica “alcachofa”, pero de media podemos decir que invertimos 8 minutos y gastamos unos 80 litros.
Entonces, ¿cuánto cuesta darse una ducha?
Partiendo de esa premisa hemos estudiado el coste de una ducha con los siguientes parámetros o “hipótesis de cálculo”:
- Tiempo de la ducha: 8 min.
- Caudal de agua: 10 litros/min.
- Temperatura del agua fría de red: 15ºC.
- Temperatura de salida del agua de la ducha: hasta 40ºC.
- Salto térmico de 25ºC (2,33 kWh).
El coste de la energía utilizada para una ducha de agua caliente depende, entre otros factores, de la temperatura inicial del agua de red, así como del sistema empleado para calentarla (ya sea un termo eléctrico, un sistema de calefacción/calentador alimentado por un depósito de gasóleo, una bombona de butano o una caldera de gas). Para alcanzar la temperatura óptima, normalmente se mezclan agua fría y caliente, por lo que la fuente y el coste energético de calentar el agua resultan elementos clave al comparar el gasto total entre gas natural, electricidad, gasóleo o butano.
Podemos decir que gastaremos en agua caliente 0,20 € cada vez que nos duchamos, casi la mitad de lo que gastamos si usamos un termo eléctrico (0,37 €). Hay que tener en cuenta, como veréis en la siguiente ilustración, que para calentar el agua con electricidad hemos tomado como ejemplo el de una instalación con una potencia relativamente baja: 3,45 kW.

El gas natural es la alternativa más económica para calentar el agua caliente. En comparación con su competidor más cercano en cuanto a precio (el gasóleo) sus ventajas se centran en la seguridad y comodidad del combustible.
Además, el gas natural es clave para una transición energética hacia una sociedad más limpia y descarbonizada, al contribuir a mejorar la calidad del aire al disponer ya en la actualidad de gas renovable circulando hacia los hogares.
Puedes comprobar tú mismo lo que te puedes ahorrar instalando el gas natural para el agua caliente en tu vivienda en nuestra sección “Quiero gas natural”.