La lavadora bitérmica a gas natural es la más eficiente

La lavadora es uno de los electrodomésticos que más energía consume en casa, ya que utiliza agua fría (entre 4 °C y 18 °C) que debe ser calentada (entre 20 °C y 90 °C), lo que requiere un alto consumo energético para mejorar el rendimiento del lavado.

Una forma fácil de reducir el consumo es utilizar una lavadora bitérmica, que utiliza gas natural para calentar el agua. Tiene dos entradas de agua: una de agua fría y otra de agua caliente, que proviene del calentador o de la caldera de gas natural de la vivienda. Al no tener que calentar el agua, se reduce el tiempo de lavado en un 25% y se consigue un ahorro de energía de un 30% respecto a una lavadora eléctrica.

En cuanto a su precio, las lavadoras bitérmicas, sólo son un poco más caras que las convencionales (tienen una segunda electroválvula y sonda de temperatura), pero reducen el consumo, entre un 20% y un 50%, por lo que son muy rentables. Y gracias a que consumen menos energía, podemos contratar una potencia eléctrica menor, por lo que tendremos una reducción en la factura de electricidad.

También hay que destacar que es más eficiente y reduce las emisiones de CO2, por lo que decantarse por una lavadora a gas natural es una buena idea, fácil de aplicar y muy rentable.

¿Y si además ahorramos conectándola a la toma de agua caliente?

Compatibilidad:

  • La mayoría de las lavadoras modernas permiten la conexión a la toma de agua caliente, siempre que la temperatura no supere los 60°C. Marcas reconocidas como AEG, Bosch y Miele incluyen esta opción en sus modelos, tanto integrados como de libre instalación.
  • Se recomienda siempre comprobar el manual de instrucciones del fabricante para confirmar la compatibilidad antes de realizar la conexión.

Ventajas de conectar la lavadora al agua caliente:

  • Ahorro energético: Si tu agua caliente proviene de una fuente eficiente (como caldera de gas natural, termosolar o placas solares), el lavavajillas consumirá menos energía eléctrica, ya que requerirá calentar menos agua internamente.
  • Ahorro de tiempo: Los programas de lavado pueden ser más rápidos, porque el aparato no necesita calentar el agua desde cero.
  • Menor desgaste del aparato: Al usar agua ya caliente, el elemento calefactor interno de la lavadora trabaja menos y puede durar más tiempo.

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