El gas natural ofrece enormes beneficios en términos económicos y medioambientales. Es la energía más limpia en comparación con el resto de las fuentes existentes, con excepción de las renovables. Pero ¿por qué exactamente? ¿Qué ventajas hace que tenga una mayor penetración en los hogares españoles?
En términos de sostenibilidad podemos observar cuatro pilares fundamentales:
1. Mejora de la calidad del aire.
Está demostrado que la implantación de gas natural en las grandes urbes contribuye a mejorar la calidad del aire y, por lo tanto, influye positivamente en la calidad de vida de sus habitantes. Y es que son tres los agentes contaminantes que debemos tener en cuenta en estas enormes poblaciones: el sector del transporte, la calefacción doméstica y las industrias periféricas. La única manera de reducir drásticamente los elementos nocivos es a través de la disminución efectiva de emisiones de CO, SOx, NOx (que origina la “niebla” urbana) y partículas sólidas PM10, especialmente dañinas para la salud humana.
El gas natural posee menor contenido en carbono que el resto de los combustibles convencionales, por lo que reduce las emisiones de agentes contaminantes, mejorando la calidad del aire local. El gas natural elimina drásticamente la presencia de óxidos de nitrógeno (NOx) y erradica casi por completo las emisiones de partículas en suspensión (PM10) y dióxido de azufre (SO2), principales causantes de enfermedades respiratorias.
2. Reduce el efecto invernadero.
La composición de gas natural tiene una mayor relación hidrogeno/carbono respecto al resto de energías convencionales. Esto genera menos CO2 por unidad producida, lo cual repercute en una mayor sostenibilidad.
El gas natural está constituido en su mayor parte por metano, lo cual produce un 30% menos de CO2 que los derivados del petróleo y un 40% menos en comparación con el carbón, por ejemplo.
Debemos tener en cuenta que el CO2 es el principal responsable del efecto invernadero, que produce un incremento de la temperatura superficial media de nuestro planeta. El calentamiento global necesita ser combatido desde múltiples frentes.
La combustión del gas natural reduce entre un 20% y un 30% las emisiones de CO2 que los productos petrolíferos, contribuyendo así, a reducir el impacto sobre el efecto invernadero.
3. Contribuye a la economía circular.
El concepto de economía circular hace referencia a la conservación de materiales y recursos el mayor tiempo posible, reduciendo la generación de residuos, aprovechando la proximidad de estos residuos generados en el ámbito local, disminuyendo el impacto en el transporte y como garantía para la seguridad del suministro.
Ante el evidente agotamiento de los combustibles convencionales, el gas natural permite a través de la descomposición anaeróbica de desechos orgánicos, residuos domésticos, industriales y comerciales, así como de aguas residuales, obtener biogás. Una vez limpio y metanizado, el biogás se transforma en biometano y queda listo para su uso, exento de emisiones de carbono.
4. Favorece el uso de energías renovables.
El biogás o gas renovable, contribuye tanto a mejorar la gestión medioambiental de los residuos orgánicos como a favorecer el uso de energías locales, a generar empleo o potenciar el uso de las renovables.
El gas renovable, es la solución para lograr una economía baja en carbono. La producción de gas natural de forma renovable es una realidad hoy en día. Consúltenos sobre la contratación de gas natural.